El polietileno de baja densidad (LDPE) es un polímero sin olor y sin sabor, no es tóxico y es adecuado para aplicaciones que entran en contacto con alimentos. El LDPE tiene una mayor resistencia al impacto que el HDPE, pero una menor resistencia a la tracción, viscosidad y resistencia química.
Se pueden utilizar todos los tipos convencionales. El LDPE es adecuado para moldes de canales calientes. Se prefieren canales de boquilla caliente con aislante para cambios de color frecuentes.
El LDPE se produce mediante la polimerización de etileno a una temperatura y presión elevadas. El material es semicristalino-cristalino. El nivel de cristalinidad es bajo debido a ramificaciones en la cadena. El material es resiliente pero posee unas propiedades de tracción moderadas y muestra fluencia. Sin embargo, tiene una buena resistencia química y al impacto. Es un material de flujo fácil debido a una larga ramificación en la cadena.
Los materiales comerciales tienen densidades en el intervalo de 0,91 a 0,94 g/cm³. El LDPE es permeable para gases y vapores. Con este material no son posibles tolerancias muy cercanas y su coeficiente relativamente elevado de expansión térmica lo convierte en un material menos adecuado para aplicaciones a largo plazo.
La contracción es de 0,02–0,05 mm/mm [2–5%] cuando la densidad se encuentra entre 0,91 y 0,925 g/cm³. Cuando la densidad se encuentra entre 0,926 y 0,04 g/cm³, la contracción es de 1,5–4%. Los valores reales de contracción dependen de las condiciones de moldeado.
El LDPE es resistente a muchos solventes a temperatura ambiente pero hidrocarburos aromáticos y clorados provocan hinchamiento. Como el HDPE, también es susceptible a grietas de tensión ambiental.