La capacidad de bombeo disponible en la fábrica debe ser mayor que la que necesiten los circuitos de refrigeración en el molde.
La cantidad de calor que debe eliminarse puede calcularse a partir del peso de la pieza y de su entalpía a la temperatura de moldeado, teniendo en cuenta el hecho de que la temperatura de la pieza en el momento de la expulsión estará en general bastante por encima de la temperatura ambiente.
La entalpía puede definirse mediante la fórmula:
H = U + pV