Un tranvía debe tener, por definición, ejes guiados. Cada grupo de ejes delanteros o traseros se reduce a un punto de contacto real (ECP) y estos se utilizan para calcular el desplazamiento del tranvía. Sin embargo, no siempre es fácil determinar si un eje, o sus ruedas, son fijas o de giro libre y, si se definen de forma incorrecta, es posible que el tranvía no se pueda conducir. Para evitar tener vehículos imposibles de conducir, deben cumplirse dos reglas al definir un tranvía:
Tenga en cuenta que, en estas reglas, queda implícito que la primera unidad debe tener un eje delantero y la última unidad, un eje trasero.
Debe tener en cuenta las siguientes cuestiones al definir un nuevo tranvía:
La mayoría de tranvías presentan un candidato claro para la doble unidad ECP necesaria. Sin embargo, si no queda claro, debe tener en cuenta que un bogie de dos ejes no puede considerarse como dos puntos de contacto independientes si el bogie se articula en relación con el chasis de la unidad. Si el bogie no se articula en relación con el chasis de la unidad, debe considerar los centros de los dos ejes del bogie como puntos de contacto reales independientes.
Los puntos de giro se encuentran en la ubicación en la que se articula el chasis del tranvía. Se presupone que el chasis (y, por lo tanto, la carrocería) del tranvía es rígido entre los puntos de giro.